Solano López, cuyos restos no serán velados, ganó popularidad como dibujante del cómic creado por Héctor Germán Oesterheld, que narra las aventuras y desventuras de Juan Salvo, viajero del tiempo que trata de salvar a su familia de una tragedia inminente.
Los familiares del ilustrador, nacido en 1928 en Buenos Aires, indicaron a medios locales que el cuerpo será incinerado y las cenizas serán depositadas luego en una bóveda del cementerio del barrio porteño de Recoleta.
Solano López, tataranieto del mariscal paraguayo que llevaba el mismo nombre, inició sus primeros pasos en la ilustración en 1953, cuando ingresó a la editorial Columba, dos años antes de que se creara la dupla con Oesterheld para la serie Bull Rocket de la revista Misterix.
Más tarde, Solano se incorporó a la plantilla de la editorial Frontera, que pertenecía a Oesterheld, con quien trabajó en varios cómics, entre ellos "El Eternauta".
Realizada en apenas dos años, de 1957 a 1959, la historia es una crítica contra el individualismo social, un canto a favor de la unión de los hombres para contrarrestar el avance de los sistemas antidemocráticos.
"Oesterheld decía que 'El Eternauta' era su versión de 'Robinson Crusoe'. El grupo humano del cómic son unos náufragos que se encuentran rodeados por la muerte, mientras que Crusoe estaba rodeado por el Océano Pacífico. Ambos luchaban por sobrevivir echando mano de lo que tenían a su alrededor", dijo el dibujante en una entrevista realizada en abril pasado.
Solano López vivió en Europa de 1963 a 1968, donde creó otros personajes que viajaron por ese continente, hasta que en 1976 aceptó una propuesta para crear una segunda parte de "El Eternauta" junto a Oesterheld, quien militaba en el grupo guerrillero Montoneros y fue una de las víctimas de la última dictadura militar.
Guionista e ilustrador retomaron la serie apenas unos meses después de que comenzara la dictadura (1976-1983), en tiempos en que Oesterheld alumbraba una trama con proclamas a favor de la sublevación popular.
"La primera parte era más metafórica, mientras que esta segunda, con cuyo tono no coincidí en su momento, reflejó con más crudeza la realidad de los años 70", reconoció Solano López en el reportaje.
Este discurso no pasó inadvertido para la dictadura, que obligó a que Solano López se exiliase en 1977 en Madrid y convirtió a Oesterheld, así como a sus cuatro hijas -de 18, 19, 24 y 25 años- en desaparecidos.
"Era marzo o abril de 1977, y la noticia llegó durante nuestro exilio en Madrid. Su grado de compromiso y exposición lo había colocado en la primera fila de los 'juzgados', desalentando nuestras ya debilitadas esperanzas", confesó el dibujante.
En España, Solano López finalizó su saga "Slot Barr" y creó junto a su hijo Gabriel "Ana y las Historias Tristes".
Años más tarde hizo incursiones en el cómic erótico hasta que en 1997 volvió a dibujar "El Eternauta" en una serie que creó junto a Pablo Maiztegui.
El dibujante hizo luego varias versiones de su mítico personaje que lo llevó además a ganar múltiples premios en Argentina y el exterior, como el Premio Especial El Madroño que recibió en 1998 en España y una mención en la convención de 2007 de "Comics y games", en Italia.
Solano López colaboraba actualmente con el portal de la estatal agencia Télam, en el que publicaba la historieta "Sección imposible" .