Su nombre es Anton Hysén, tiene 20 años y es el primer futbolista profesional de Suecia en manifestar públicamente su orientación homosexual. Hysén juega en el Utsiktens BK, un equipo de la ciudad de Gotemburgo de rango equivalente a los de la primera B de nuestro país.
“Soy futbolista y soy gay. Cuando juego al fútbol creo que a nadie le importa si me gustan los chicos o las chicas”, afirmó el joven deportista, con una naturalidad absoluta.
Hysén ha reconocido que el hecho de salir públicamente del armario puede suponer cierta dificultad en su carrera, pero ha afirmado que otros muchos jugadores tienen dificultades, por ejemplo, debido al racismo. “Es su problema, no el mío. La gente puede llamarme como quiera. Me hará incluso más fuerte psicológicamente”, manifestó en referencia a los posibles insultos homofóbicos que pueda recibir.
Anton Hysén pertenece a una familia de gran tradición futbolística. Su padre, Glenn Hysén, fue jugador de equipos de primer nivel, como el Liverpool inglés o la Fiorentina italiana y ha manifestado sentirse orgulloso de la decisión de su hijo.
En el medio local no se hicieron esperar las opiniones, referente a la decisión del joven jugador. El jugador albo Esteban Paredes al ser consultado sobre que le parecería tener un compañero gay, aseguró que no le gustaba mucho la idea. “Lo veo difícil, pero yo creo que hay que echarlo. No hay más que decir”, afirmó.
Los comentarios provocaron molestia por parte del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). “Promover o trasladar la discriminación o la homofobia al deporte, actividad que por esencia apela a la sana entretención, es repudiable desde cualquier punto de vista. Paredes no sólo rechaza la presencia de gays en el fútbol, sino que además insta a expulsar a quienes tengan una orientación sexual diversa“, expresó el Movilh en un comunicado, donde además hicieron un llamado a pedir disculpas públicas por su homofóbica apreciación a todas las personas, y en particular a todos aquellos deportistas que son lesbianas, gays, bisexuales o transexuales.
Fuente
“Soy futbolista y soy gay. Cuando juego al fútbol creo que a nadie le importa si me gustan los chicos o las chicas”, afirmó el joven deportista, con una naturalidad absoluta.
Hysén ha reconocido que el hecho de salir públicamente del armario puede suponer cierta dificultad en su carrera, pero ha afirmado que otros muchos jugadores tienen dificultades, por ejemplo, debido al racismo. “Es su problema, no el mío. La gente puede llamarme como quiera. Me hará incluso más fuerte psicológicamente”, manifestó en referencia a los posibles insultos homofóbicos que pueda recibir.
Anton Hysén pertenece a una familia de gran tradición futbolística. Su padre, Glenn Hysén, fue jugador de equipos de primer nivel, como el Liverpool inglés o la Fiorentina italiana y ha manifestado sentirse orgulloso de la decisión de su hijo.
En el medio local no se hicieron esperar las opiniones, referente a la decisión del joven jugador. El jugador albo Esteban Paredes al ser consultado sobre que le parecería tener un compañero gay, aseguró que no le gustaba mucho la idea. “Lo veo difícil, pero yo creo que hay que echarlo. No hay más que decir”, afirmó.
Los comentarios provocaron molestia por parte del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). “Promover o trasladar la discriminación o la homofobia al deporte, actividad que por esencia apela a la sana entretención, es repudiable desde cualquier punto de vista. Paredes no sólo rechaza la presencia de gays en el fútbol, sino que además insta a expulsar a quienes tengan una orientación sexual diversa“, expresó el Movilh en un comunicado, donde además hicieron un llamado a pedir disculpas públicas por su homofóbica apreciación a todas las personas, y en particular a todos aquellos deportistas que son lesbianas, gays, bisexuales o transexuales.
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